31/8/10

Génesis

   Al principio, Dios creó en las tinieblas el cielo, la tierra y, un poco más tarde, la luz.
   Dio peces a las aguas, aves al cielo, hierbas, frutos, fieras, bestias y reptiles a lo seco.
   Luego, del polvo, hizo al hombre. Lo pensó dominador de toda su obra, y para eso lo educó.
   Dispuso que el hombre labrara y cuidara el jardín de Edén y le otorgó la libertad de alimentarse con lo que quisiera, menos con un fruto: el del árbol del conocimiento del bien y del mal.
   Un día, observó Dios la soledad del hombre, así que creó a la mujer para que lo acompañara. Vivieron hombre y mujer en estado de inocencia hasta que probaron el fruto prohibido.
   Cuando Dios se enteró de esta desobediencia, expulsó al hombre y a la mujer del jardín de Edén, les hizo conocer la vergüenza, la culpa, la esperanza y la memoria, maldijo la tierra y en un arrebato de crueldad, de crueldad divina, decidió castigar también a todos sus descendientes, desde allí hasta que se le diera por acabar el mundo: entonces,  inventó a los abogados.

No hay comentarios: