1/8/10

El año que no trabajé para Los Redondos



    Hubo una época en la que creí estar trabajando para Los Redondos. Fue aquel un período extraño y excitante. Fue aquella una ilusión falsa.
    98 es el año en que comenzó esta historia; quizá 99. Yo había regresado hacía poco tiempo a Mar del Plata, después de pasar un año en Capital corrigiendo con Diego Viniarzky una serie de cuentos que en 2001 integrarían mi primer libro: Relatos agónicos.


   
   Apenas me instalé nuevamente en la ciudad conseguí un puesto como vendedor en una librería de la Peatonal. Fue allí donde me encontré con P., periodista marplatense y jefe de prensa de artistas porteños en las temporadas veraniegas, al que conocía de cruces ocasionales que habían formado entre nosotros no una amistad, pero sí una simpatía de esas que nos hacía disfrutar de vez en cuando de un café para hablar un poco de música, un poco de libros y mucho de fútbol.
    Luego del abrazo, quedamos en vernos al día siguiente en un bar.
    El día siguiente y el bar llegaron. No oculté mi entusiasmo por lo que me había dejado la disección de los cuentos junto a Viniarzky (de hecho, le entregué una copia para que los leyera y cuando quisiera me diese su opinión), P. habló de lo contento que estaba por cómo le estaba saliendo un programa en la radio. Fue en el momento previo a la despedida, que él, vacilando, ya que supuestamente debía guardar el secreto, me reveló que desde hacía unos meses estaba haciendo prensa para Los Redondos. Lo miré, creo que con la boca muy abierta, porque enseguida, como si se hubiera arrepentido de la exageración, me aclaró que no hacía toda la prensa, que su única función era la de atender a aquellos medios con los que Poly no quería lidiar. Me alegré por él, por estar cerca de gente a la que admiraba. Los dos sentíamos la misma pasión por la música de la banda y éramos hechizados lectores de la esotérica poesía del Indio. Obviamente, lo agoté con mis preguntas. De sus respuestas resumo lo siguiente: uno de los plomos de Los Redondos le había dado su número de teléfono a Poly cuando a ésta se le había ocurrido colocar una barrera con los periodistas. Hablaron de cuál era el trabajo y P. aceptó.
    Seguía residiendo en Mar del Plata pero iba seguido a Buenos Aires.
    Recuerdo que dijo que lo estimaban.
    Recuerdo que dijo que en un viaje a La Plata el Indio había cantado a capella Todo un palo.
    A la semana siguiente pasó por la librería y me dijo que tenía algo importante que ofrecerme.
    Nos encontramos esa misma noche.
    Primero me dijo que había estado unos días en Buenos Aires y que allí el Indio le contó que tenían pensado dejar de tocar en vivo o hacerlo una vez cada tres o cuatro años. Después, que habían pensado en producir una serie de videos para que su ausencia de los escenarios fuera menos traumática para la gente. Por último, que la banda había acordado que los guiones fueran escritos por un novato, que él le alcanzó al Indio copias de mis cuentos y le propuso mi nombre. Dijo, despacio, que al Indio le habían gustado los cuentos, que había hablado con Poly y Skay y que le habían dado el visto bueno para hacerme una propuesta. En algún momento de la noche sucedió algo que, desde aquí, desde el lugar que elegí para contarles esta historia, todavía me resulta extraño, confuso: el teléfono de P. sonó, atendió preguntando ¿Cómo andás, Indio?, hizo una pausa, agregó En este momento estoy con él y antes de despedirse repitió Juguetes perdidos y Rock para el negro Atila.
    Hoy podría decir que ese podría haber sido un montaje planeado para convencerme de que lo que decía era verdad (no le hubiera sido difícil programar el celular para que sonara a una hora determinada y luego fingir hablar con el Indio), salvo por dos detalles: el primero es que en ningún momento dudé de sus dichos, en ningún momento dije o hice algo que a él lo llevaran a pensar que yo no le creía. Por lo tanto, no necesitaba convencerme de nada. El segundo detalle es que en los silencios de P. se escuchaba en el auricular el rumor de una voz potente, casi malhumorada, autoritaria, diría.
    En poco más de dos meses había terminado el guión de Juguetes perdidos y tenía las escaletas de Rock para el negro Atila. Durante ese período P. me había traído decenas de discos en vivo o con temas inéditos. En una reunión me dijo que el Indio quería leer lo escrito, así que fuimos hasta un locutorio y le mandamos un fax. Al promediar las páginas enviadas sonó el teléfono de P. y esa voz reconocible comenzó a gritar su entusiasmo.
   Esa semana P. viajó a Buenos Aires. Cuando volvió me propuso lo de la película. Dijo que Ellos, así los llamaba cuando hablábamos de trabajo, querían saber si era factible hilvanar diferentes historias que le dieran una continuidad argumental a diez o doce canciones. Le pregunté qué tiempo había: un año y medio me contestó. También le pregunté si existía la posibilidad de hablar algunas cosas con el grupo sobre este proyecto.
   Sin dudar, me contestó que con todos no, pero sí con el Indio. Me dijo que su esposa estaba embarazada y que más o menos en un mes la pareja pasaría un tiempo en las Sierras de los Padres. Último descanso antes del parto, agregó. O sea: no hubo excusas para evitar el encuentro, no hubo vacilaciones, no hubo nada, repito, que me hiciera pensar en una mentira.
    Comencé a investigar en viejas lecturas: Frazer, Eliade por el lado antropológico; Valery, Pessoa por el literario.
    Escuché las canciones buscando puentes que las unieran. Aparecieron algunos detalles y personajes. La máscara del Rey Momo aplastando papeles y observándome. Y mientras me reunía con P. (él me insistía queriendo saber cuánto iba a cobrar por mi trabajo y yo le contestaba siempre lo mismo: lo que ellos quisieran) esperaba la otra reunión, la que no se realizaría jamás.
    La mañana del día en que debíamos viajar a las Sierras de los Padres, P. me informó por teléfono que en el avión la esposa del Indio se había descompuesto y habían decidido volver a Buenos Aires. Luego, desapareció de la ciudad para siempre. Quise convencerme de que mi negativa a discutir de dinero los había molestado. Traté de no volver a pensar en lo que les estoy contando. Hubo canciones que no escuché nunca más. Empecé a desconfiar de cualquiera que me viniera a proponer un proyecto. Paradójicamente, mi defensa era preguntar cuánto dinero iba a ganar y cómo lo iba a cobrar. Quien tuviera las dos respuestas volvía a verme.
    Mi vida siguió. 

   Publiqué en 2001 Relatos agónicos.

   Seguí escribiendo y trabajando. 
   Se separaron los Redondos. 
   Un día, Daniel Pérez, productor marplatense, me avisó que Skay iba a realizar su primer show solista en el Roxy. Él, que conocía esta historia, me consiguió diez minutos con Poly. 
   Le narré lo que acaban de leer. 
   Ella se lamentó, me afirmó que nunca habían trabajado con P. y me repitió que le daba pena tanto esfuerzo inútil.  
   Antes de despedirme le dejé una copia de lo que había escrito. No le pedí que me prometiera leerlo.
   En 2006, yo estaba trabajando en el stand de Alejandría en la Feria del Libro de Mar del Plata cuando Skay y Poly se acercaron a mí y me preguntaron si tenía libros de Silo. Les dije que no. Se fueron. Quizá me equivoqué, pero no me atreví a obligar a que Poly me recordara.
   Y fín.


ACLARACIÓN

    Si alguien está interesado, aquí les dejo lo escrito para Los Redondos. Les advierto que lo publico sin correcciones, como quedaron en el archivo.  El de Juguetes perdidos es tan violento que me hace reír de mí mismo; pero tiene una explicación: cuando esto sucedió yo estaba leyendo mucho material sobre la Guerra Civil Española, los anarquistas expropiadores en Argentina y, en general, sobre cambios sociales a través de la violencia para un cuento que nunca terminé. En ese cuento una organización libertaria adoctrinaba jóvenes para afiliarlos a partidos políticos tradicionales con la idea de que en un futuro los conducirían o los harían desaparecer. Ese es el nacimiento de este guión.  El de Rock para el negro Atila está basado en dos mitos, uno de los babilonios y otro de los pigmeos. Es obvio que el guión no está terminado, pero creo que en lo escrito se logra comprender cómo hubiera sido el producto final. Lo que se identifica como Apuntes para videos de Momo es sólo eso: una suma de ideas, un par de personajes, dos o tres lugares, algunas preguntas y luego el abandono.

JUGUETES PERDIDOS: IDEA, DESARROLLO Y GUIÓN
  Un chico, en la segunda mitad de la década del ´70, ve como un grupo de tareas secuestra a su padre.
    Crece preparando su venganza contra el sistema: lee los libros de teoría libertaria que hay en la biblioteca, estudia Derecho, se afilia a un partido político (Radical o Justicialista) y comienza a trabajar en algún comité hasta llegar a un despacho de La Casa Rosada. Un día entra allí cargando en el portafolio un par de kilos de explosivo plástico.

  
   El desarrollo del guión gira alrededor de la imagen de un pie aplastando un juguete. La idea es que se mezclen diferentes épocas de la vida del protagonista, en un caos de imágenes que recién hacia el final vayan tomando sentido.
    Paredes pintadas con frases de otras canciones que hagan alusión al corazón de “Juguetes Perdidos”: “Sin un estandarte de mi parte, te prefiero igual, Internacional”, “Mi amor, la libertad es fiebre”, etc.
    Un automóvil con un grupo de secuestradores. La que conduce es la representación de la muerte, esa bella señora desencarnada.
    Tres hombres entrando en la casa del protagonista, secuestrando a su padre tan veloces como borrones. Al salir, uno de los secuestradores pisa uno de los juguetes del chico.
Los monólogos de la canción (“Yo sé que no puedo darte...”, “Vas a robarle el gorro...”) son dichos por su padre al protagonista de la historia, o recordados por éste frente al retrato de aquel.
    Imágenes: ¿En vivo (el chico cruzando varias veces el escenario con una bandera anarquista, el público “pintado” de rojo y negro, banderas rojas y negras entre la gente)?; fotografías de teóricos anarquistas, portadas de libros libertarios, portadas de libros prohibidos durante el Proceso de Reorganización Nacional, Cordobazo, Videla, Massera, ESMA, etc., traspaso de la dictadura militar a la dictadura empresarial, saqueos a supermercados, carapintadas, el diablo (ese con el apellido que se lee al derecho en el papel como en los espejos) en el poder, Cavallo, los Alsogaray, YPF, ENTEL, Aerolíneas Argentinas, los desocupados rosarinos almorzando gatos.
    El protagonista, ya hombre, vestido con un traje Armani, conduciendo un auto descapotable por las calles del centro porteño. Sobre el asiento del acompañante lleva un portafolio y un libro de Bakunin. Plaza de Mayo; Casa Rosada; pasillos de la Casa Rosada; el protagonista cargando el portafolios, saludando a las personas que cruza con familiaridad, entrando en una oficina haciendo “algo (¿guardar el celular, acomodar papeles, activar un dispositivo electrónico?)” en el portafolios y dejándolo allí.
Quizá, el tramo final (desde que el protagonista entra a la Casa Rosada hasta que la abandona), podría hacerse con la canción ya finalizada, sin sonido o con el del ambiente.

*PLACA NEGRA:
“Anarquista es el observador que ve lo que ve y no lo que es costumbre que se vea.
Y razona sobre ello.”
Paul Valery
*INTRODUCCIÓN DE 30”
Exterior. Noche. Tormenta.
1 Pirámide de Mayo.
2 Casa Rosada.
3 Un batallón marchando, pisando juguetes.
4 Un par de botas en la oscuridad de
una casa.
0:30”
*BANDERAS EN TU CORAZÓN
*YO QUIERO VERLAS!
Exterior. Día.
5 El protagonista (hombre), vestido con un traje Armani, en un auto descapotable por las calles del centro porteño.
*ONDEANDO LUZCA EL SOL O NO
6 Asiento del acompañante: un portafolio y un libro de Proudhon o Bakunin.
*BANDERAS ROJAS! BANDERAS NEGRAS!
*DE LIENZO BLANCO EN TU CORAZÓN
Exterior. Noche. Tormenta.
7 Un Peugeot 504 estaciona en una esquina.
8 Tres hombres bajan.
9 La Bella Señora, representando a la muerte, al volante del Peugeot.
10 Uno de los hombres patea la puerta de una casa.
1:10”
*PERFUME AL FILO DEL DOLOR
Exterior. Día.
11 Protagonista (hombre) conduciendo.
*ASI, INVISIBLE
*LICOR VENEREO DEL AMOR
Interior. Casa del protagonista
12 Una biblioteca: libros de anarquistas y sobre anarquismo; libros de historia, de filosofía, de política. Fotografías de teóricos y mártires libertarios. Fotografía del padre del protagonista. Un brazalete rojo, blanco y negro.
*QUE ESTA EN LAS PIELES
*SEDAS DE SEDAS
Interior. Noche. Casa del protagonista.
13 Dos de los hombres arrastran al padre del protagonista. El restante carga un televisor.
*QUE GUARDA NOMBRES EN TU CORAZÓN
Exterior. Día.
14 Protagonista (hombre) conduciendo. Abre el libro.
15 El brazalete señalando una página.
1:48”
*SON PÁJAROS DE LA NOCHE
*QUE OÍMOS CANTAR Y NUNCA VEMOS
*CUANDO EL GRANIZO GOLPEÓ
*LA CAMPANA SONÓ
*DESPERTÓ SUS TRISTEZAS, ATRONANDO SUS NIDOS
Interior. Noche. Casa del protagonista.
16 El granizo golpea la ventana.
17 Protagonista (chico), durmiendo.
18 Se levanta, baja la persiana y se asoma al comedor.
19 Ve a los tres hombres que rompen la puerta del frente.
20 Se esconde.
21 Los hombres entran en la habitación de sus padres.
22 Salen arrastrando a su padre.
23 La madre del protagonista gatea, llorando.
24 Uno de los hombres desenchufa el televisor y lo carga sobre un hombro.
25 Una bota pisa un juguete.
2:15”
*ESPERANDO ALLÍ NOMÁS
*EN EL CAMINO
Exterior. Noche. Tormenta.
26 La Bella Señora al volante del Peugeot.
*LA BELLA SEÑORA ESTÁ DESENCARNADA
*CUANDO LA NOCHE ES MÁS OSCURA
Exterior. Noche. Tormenta.
27 Los hombres meten al padre del protagonista en el baúl y suben al auto.
28 El pie de la Bella Señora acelerando.
29 Fundido con la bota que pisa el juguete.
*SE VIENE EL DÍA EN TÚ CORAZÓN.
Interior. Día. Casa Rosada.
30 Protagonista (hombre), cargando el portafolio, entra a la Casa Rosada.
2:50
*ESTÁS CAMBIANDO MÁS QUE YO
*YIRA! YIRA! YIRA!
*ASUSTA UN POCO VERTE ASÍ
*YIRA! YIRA! YIRA!
*CUANTO MÁS ALTO TREPA EL MONITO
*(ASI ES LA VIDA!) EL CULO MÁS SE LE VE!
31 Imágenes de archivo: Período del ´74 al ´83. Pared pintada 1: “Mi amor, la libertad no es fiebre”. Pared pintada 2: “Sin un estandarte de mi parte”.
3:30”
YO SE QUE NO PUEDO DARTE
ALGO MÁS QUE UN PAR DE PROMESAS...
TICS DE LA REVOLUCIÓN
IMPLACABLE ROCANROL
Y UN PAR DE SIENES ARDIENTES
QUE SON TODO EL TESORO.
32 Imágenes en vivo. Banderas anarquistas.
O repite 12.
O lo dice el padre mientras lo arrastran.
O imágenes de la gente llegando a un recital, con el protagonista (hombre) mezclado entre ellos.
3:56”
*TAN VELOCES SON
Noche. Exterior. Tormenta.
33 Padre del protagonista en el baúl del Peugeot.
*COMO BORRONES (ASÍ, VELOCES)
Interior. Noche. Casa del protagonista.
34 El juguete ya pisado.
*HUNDIENDO EL ACELERADOR
Exterior. Noche. Tormenta.
35 La Bella Señora acelerando.
36 Fundido con la bota que pisa el juguete.
*ATRAGANTADOS POR LOS LICORES
*SOPLANDO BRASAS EN TU CORAZON.
Día. Interior. Casa Rosada.
37 El protagonista (hombre) entra a su oficina (retrato enmarcado del padre), deja el portafolio sobre un escritorio y sale.
38 Portafolio sobre el escritorio.
4:36”
*VAS A ROBARLE EL GORRO AL DIABLO, ASÍ
*ADORÁNDOLO COMO QUIERE EL, ENGAÑANDOLO
*SIN TUS BANDERAS
*SEDAS DE SEDAS
*QUE GUARDAN NOMBRES EN TU CORAZÓN
39 Imágenes de archivo: Período del ´83 al ´01.
Pared pintada 3: “Violencia es mentir”. Pared pintada 4: “Te prefiero igual, Internacional”.
*ESTE ASUNTO ESTA AHORA Y PARA SIEMPRE EN TUS MANOS, NENE
*POR PRIMERA VEZ VAS A ROBAR ALGO MAS QUE PUTA GUITA
40 Igual que 32.
5:32”
*CUANDO LA NOCHE ES MÁS OSCURA
*SE VIENE EL DÍA EN TU CORAZÓN
Exterior. Día.
41 El protagonista (hombre) se aleja de la Casa Rosada en el descapotable.
*SIN ESE DIABLO QUE MEA EN TODAS PARTES
*Y EN NINGÚN LADO HACE ESPUMA.
42 Imágenes en vivo.
O plano del rostro del protagonista sonriendo.
5:50”
*EPÍLOGO DE 30”
Interior. Día. Casa Rosada.
43 El protagonista (hombre), en su oficina, haciendo “algo (¿guarda o saca el celular, acomoda papeles, activa un dispositivo electrónico?)” en el portafolio.
6:20”
*FÍN
Exterior. Noche clara.
44 Pirámide de Mayo pintada de rojo, blanco y negro.
45 Casa Rosada a oscuras, su silueta en la noche, mínimo fulgor de incendio apagándose.

ROCK PARA EL NEGRO ATILA: APUNTES Y BOSQUEJO

   Una imagen, posible idea central: Un dios-hombre, fastuosamente vestido, parado sobre una elevación del terreno, rodeado, un escalón más abajo, de policías y militares que vigilan a millones de trabajadores. Estos realizan su faena agachados, la espalda al sol, los ojos en la tierra, fijos. Todos con los ojos en la tierra, menos uno. Ese mira sin miedo ni respeto al hombre parado en la elevación: no se cree inferior, no le teme.      
   En el ceremonial del Año Nuevo babilónico (Akitu), se reactualizaba el combate entre el dios Marduk y el monstruo marino Tiamat, combate que se había desarrollado en el principio de los tiempos y que había puesto fin al caos tras la victoria del dios.
    Al concluir el combate, Marduk creó el cosmos con los pedazos del cuerpo de Tiamat, y al hombre con la sangre de Kingu, demonio al cual Tiamat había confiado las Tablas del Destino.
    Video trabajado con dos historias paralelas: una remota, desértica y diurna; la otra actual, urbana y nocturna.
    La remota se basa en la imagen de la pirámide y en parte del ritual babilónico. El jefe de la custodia nota la mirada del esclavo y lo hace encerrar en uno de los calabozos del templo. El esclavo escapa, se cuela en los aposentos divinos y roba las Tablas del Destino. Se pierde en el desierto.
    Cuando el dios-hombre nota la falta llama al jefe de la custodia, quien enseguida sospecha del esclavo que habían encerrado. Aviso de fuga. Rastrillaje. Encuentro fortuito entre el jefe de la custodia y el esclavo. Lucha al borde de un precipicio. Forcejeo por las Tablas. Caída libre de ambos. Fuego (lecho de lava, quizá) en el cual se funden junto a las Tablas del Destino.
    Paralelamente, se desarrolla la historia actual, protagonizada por un policía que pasa revista a sus armas y sale a recorrer la ciudad en un patrullero nuevo.
    Entretanto, un ladrón solitario camina buscando su oportunidad. La encuentra en una calle oscura, en forma de árbol que enreda sus ramas en la baranda de un balcón. Comienza a trepar. Entra a la casa. Sale. De repente, la luz azul del patrullero ilumina la esquina. Enfrente, en un paredón blanco, la sombra del ladrón en el árbol.
    El policía baja del patrullero. El ladrón se queda inmóvil. Una ráfaga de viento arrastra la basura por la calle. Un poco de ceniza entra en los ojos del policía y hace estornudar al ladrón.    
   El policía sonríe. Extrañamente, el ladrón también; salta y corre. El policía vuelve al patrullero; enciende las luces; acelera.
    Posible frase de Fernando Pessoa para placa negra: “Todos los días suceden en el mundo cosas que no son explicables por las leyes que conocemos de las cosas. Todos los días, comentadas al pasar, se dejan a un lado y el mismo misterio que las trajo se las lleva, convirtiéndose el secreto en olvido. Tal es la ley de lo que tiene que olvidarse porque no puede ser explicado.”
    En la historia actual se pondrá de manifiesto las diferentes “pirámides” sociales (mesa bien servida; televisor en vidriera de Frávega; chicos de la calle mirando desde la vidriera. Publicidad de Pronto, Gancia o Dr. Lemon en la Panamericana; enfrente, tirados en el pasto, un grupo de adolescentes se pasa una cerveza o una caja de vino; etc.)”.
    La pirámide podría aparecer como una pintura rocambolesca en la casa a la que entra el ladrón. En un detalle de la pintura se vería al esclavo mirando al dios-hombre, que es el mismo que huye.
    Creo que los pigmeos creían que un tronco de árbol era el centro del mundo. Lo consideraban como una puerta cósmica por la que se accedía al infierno, al centro de la tierra y al cielo. ¿Podría ser éste el árbol por el que trepa el ladrón?
 

Policía con sus ornamentos.
Policía en patrullero.
Ladrón caminando.
Jefe de custodia arrastrando al esclavo por unas catacumbas.
Esclavo en el calabozo.
Policía, en el patrullero, mirando a la derecha: ¿Frávega?
Ladrón frente al árbol, trepando.
Dios-hombre y su comitiva en sus aposentos.
Falta de las Tablas del Destino.
Jefe de custodia corriendo al calabozo.
Calabozo vacío.
Ladrón en la casa, juntando cosas.
Policía, en el patrullero, mirando a la izquierda: ¿Gancia?
Esclavo en el desierto, huyendo.
Tablas del Destino en la alforja del esclavo.
Escuadrón sale en su persecución.
Ladrón estudiando la pintura.
Primer plano de la pintura: el esclavo que huye es el que desafía al dios-hombre.
Con una navaja, el ladrón corta la pintura, la enrolla y la guarda debajo de su gabán.
Escuadrón.
Esclavo.
Jefe de custodia apostado al borde de un acantilado, intuyendo que por allí pasará el esclavo.
Encuentro.
Esclavo apretando las Tablas.
Jefe de custodia sonriendo.
Ladrón saliendo de la casa, subiéndose al árbol.
En la esquina, la luz azul del patrullero.
Lucha entre el jefe de custodia y el esclavo.
Caída de ambos por el precipicio, tironeando las Tablas.
Lecho de lava.
Desde el patrullero, el policía cree ver en una pared la sombra de alguien descendiendo por un árbol.
Baja del patrullero.
Una ráfaga de viento levanta hojas de diarios y bolsas de supermercados.
Unas motas de ceniza entran en los ojos del policía.
Mínimo cruce de tiempos: las cenizas son las del volcán.
Otras golpean en la cara del ladrón, quien las aspira y estornuda.
El policía, los ojos llorosos, escucha el estornudo y sonríe.
Sube al patrullero.
Acelera.
El ladrón salta del árbol y corre.
Extrañamente, el ladrón también sonríe.
O sea: la cacería aún continúa.  

 MOMO: APUNTES PARA VIDEOS
    La idea es encadenar una serie de videos independientes dentro de un argumento armado con escenas intermedias (utilizadas como separadores entre canción y canción) que ayuden a definir un espacio común y a descubrir -o apenas entrever- una doctrina que pese en cada una de las decisiones o acciones de los personajes. 
   A su vez, habría que lograr que cada video tuviera una identidad unitaria definida, para que pudiesen ser utilizados en forma individual. 

Una frase de Edmond Jabés: “El infierno no es el lugar del dolor. Es el lugar del sufrimiento”. 

Escenarios: Dos lugares. Una ciudad (¿Buenos Aires?, ¿Cyberbabel -un lugar virtual, donde, debido a su virtualidad, todo está permitido, porque nada es real-?) y un purgatorio semejante a uno de esos pueblos cercanos (¿Finisterre?) a los complejos mineros o acantonamientos militares, con tres bares, dos hoteles, algunos callejones y un cabaret. 

Pregunta: ¿Cómo se viviría en una civilización que cree en la muerte de Dios a manos del Diablo y en la destrucción del Paraíso (fin del dualismo), lo que deja un único camino abierto, el del sufrimiento, pero también la despreocupación por la pulcritud del alma? 
Separar las historias que podrían transcurrir en la ciudad (Zippo, la piba con la remera de Greenpeace, etc.) de las que podrían transcurrir en el purgatorio (las murgas, sheriff, Momo, etc.), y estudiar las que puedan enlazar ambos escenarios (por ejemplo, el Luzbelito de la Fanfarria, o ese demonio vampírico de Rock yugular que recorre la ciudad en plan de cacería, podría ser el mismo que se muestra omnipotente (aunque no parezca serlo tanto) en Luzbelito y las Sirenas. 

Frase anónima: Todos somos el diablo de otro. 

Geografía del Purgatorio 1: No sé por qué, pero cada vez que intento imaginar sus edificios y calles, asocio las pinturas y dibujos que muestran la isla de La Tortuga mezcladas con una edificación que aparece en una película en la que actúa Tarantino, donde un lupanar diabólico erigido en el desierto mexicano es, en realidad, un templo Azteca. Si creo que el Templo de Momo debería ser el edificio más importante del Purgatorio, y el único excesivamente iluminado. Quizá podría ser la puerta al Infierno, el lugar del último baile, del cumplimiento del último deseo, del último brindis antes de la despedida. 

Frase anónima: No es lo mismo escaparse del infierno que ser enviado desde allí. 

Sello de Saturno: El más antiguo de los cuadrados mágicos. Consta de los nueve primeros números, acomodados en casillas de manera que en forma vertical u horizontal, hacia la derecha o hacia la izquierda, sume 15, número que al aplicarle la clave cabalística (1+5) da 6. Por lo tanto, 4 9 2 3 5 7 8 1 6, en cualquier dirección, es 666. 

Ambiente gótico (cada imagen, cada línea, cada construcción, simbolizando algo sometidas a una Idea).
Curiosa coincidencia: para los cabalísticos, gótico es una deformación ortográfica de argótico, proveniente del vocablo argot, cuya definición es “una lengua particular de todos los individuos que tienen interés en comunicar sus pensamientos sin ser comprendidos por los que les rodean”. Los que utilizan este lenguaje son llamados argotiers, y considerados descendientes de los argonautas. El argot es una de las formas derivadas de la Lengua de los Pájaros, que, según la Tradición, se hablaba antes de la construcción (y destrucción) de la torre de Babel y la posterior mezcla de lenguas”. 

¿Usar el sello de Saturno como un juego de apuestas, mitad Sapo y mitad Ta Te Ti? 
Geografía del purgatorio 2: Una calle peatonal, oscura y sucia, flanqueada por bares, hoteles y cabarets, un techo que agobie, el Templo de Momo brillando en uno de los extremos y, en el otro, un mar de fuego (infierno) en el que lentamente se internan las murgas. 

Frase de Baudelaire: Lo cómico es lo diabólico.

Medallón de Momo: ¿Contraseña de los escapados del Infierno y refugiados en la Ciudad? ¿Identificación de los enviados desde el Infierno a la Ciudad? ¿Salvoconducto para vivir eternamente en el Purgatorio? ¿Marca de los condenados al Infierno? 
Geografía del Purgatorio 3: Ciudad dentro de la Ciudad, un barrio del Bajo, la Catedral en la Edad Media.

Notas sobre el carnaval: 
El origen del carnaval es desconocido. Los griegos ya lo celebraban en el año 1100 a.C. También se lo relaciona con la adoración de Isis (egipcios) y con algunas festividades romanas, como las Saturnales. 
Los carnavales antiguos se destacaban por sus danzas alegres, sus máscaras y, sobre todo, su notable libertinaje. En la Edad Media el libertinaje fue reemplazado por la búsqueda de sensaciones lúgubres y macabras. 
Durante el siglo XVI, el Renacimiento vio nacer los bailes de disfraces. Los carros alegóricos aparecieron en el siglo XIX. El carnaval es una de las formas más antiguas de la revolución, es la inversión (temporal) del orden existente. Para disfrutarlo se necesita no solo que se parodien las reglas y rituales, sino que estas sean reconocidas y respetadas. En Brasil, al “sambista” que sobresale por su talento y arte se le otorga el título de “Cidadao Samba”. En oposición a él, está el “Rei Momo”, personaje simbólico que se destaca no por ser ágil, sino por su gordura y su dualidad. Es un rey bufón, un amo esclavo, un viejo niño. Las máscaras: su uso se vincula con el cambio de personalidad, con el transvestismo y con la inversión de relaciones. 
En algunas culturas, hay niños enmascarados que median entre los vivos y los muertos. En otras, se supone que el bailarín que porta una máscara es poseído por el espíritu que habita en ella. 
Hay celebraciones funerarias donde bailarines enmascarados buscan guiar el alma del difunto al mundo de los espíritus. 
Se dice que el uso de una máscara mantiene no solo el anonimato, sino también la inocencia ante cualquier pecado. 

Rodeado de monitores y teclados, reflejado su calor en el frío del acero inoxidable, Luzbelito vigila con apatía a los habitantes de la Ciudad. Los mira con cariño, les sonríe cómplice, duda: apoya la flecha del mouse en uno de ellos; una baba del diablo se adhiere sobre el elegido. Ya es suyo. 

Frase del Talmud: “Dios tiene tres llaves: la de la lluvia, la del nacimiento y la de la resurrección de los muertos”. ¿Y si le robaran la tercera? 

Frase de Shakespeare, en Rey Lear: “El príncipe de las tinieblas es un caballero”.

imagenes: taringa.net

1 comentario:

El marido de Chicha dijo...

Que grande, Leo! Había escuchado esa historia contada por partes y mal contada. Es excelente así leída, como todo lo que rodea a los Redondos, se tiñe de leyenda. Igual lo que más me hubiera gustado es -como buen fanàtico- que no se corte, que se junten en las sierras y ver ese video de Juguetes Perdidos. El final de la feria del libro es plenamente literario. Abrazoo